Después de un largo día, sobre todo si has pasado por mucho estrés trabajando o con asuntos familiares, no has parado de un sitio a otro por culpa de algún compromiso o, simplemente, has tenido un día de perros, cuando llegas a casa lo que deseas es descansar para poder recargar las pilas. Un buen descanso es fundamental para tener buena salud tanto mental como física, como podrás imaginar, y para ello hay varios puntos a tener en cuenta entre los que destacan vigilar muy bien sobre qué superficie dormimos o tener bajo control los ritmos circadianos.
Sin embargo, se puede dar el caso de que, por muy buen colchón que hayamos elegido, tengamos ciertas trabas que nos impidan descansar como debemos. Estas trabas son los trastornos del sueño.
¿Qué son y qué tipos hay?
Los trastornos del sueño son afecciones que afectan la calidad, la duración y los patrones del sueño. Hay varios tipos de trastornos del sueño, y pueden clasificarse en varias categorías. Estos son algunos de los trastornos del sueño más comunes:
- El insomnio, un trastorno del sueño común, se caracteriza por la dificultad para conciliar el sueño, mantenerse dormido o conseguir un descanso reparador. Esta condición puede ser causada por el estrés, la ansiedad o hábitos de sueño irregulares, afectando negativamente la salud mental y física de quienes lo experimentan.
- La apnea del sueño, una condición seria, consiste básicamente en numerosas interrupciones en la respiración durante el sueño, causando despertares frecuentes. Estas pausas respiratorias pueden derivar en una disminución del oxígeno en el cuerpo, afectando a la calidad del sueño y se relaciona con problemas de salud como la hipertensión y la fatiga diurna.
- La narcolepsia, un trastorno del sueño crónico, se caracteriza por un exceso de somnolencia diurna y episodios repentinos de sueño durante el día. Quienes sufren de narcolepsia pueden experimentar cataplejía, pérdida de tono muscular repentino, y otros síntomas que afectan la calidad de vida y la capacidad para llevar a cabo actividades cotidianas.
- Las parasomnias engloban comportamientos anormales durante el sueño, como sonambulismo, terrores nocturnos o hablar estando dormido. Estos fenómenos pueden afectar a la transición entre las fases del sueño, causando acciones inusuales y despertares confusos. Aunque generalmente son benignas, las parasomnias pueden generar incomodidad y requieren atención si interfieren significativamente con el descanso.
- El trastorno del sueño REM altera nuestra fase de movimiento ocular rápido, provocando pesadillas intensas o parálisis del sueño. Durante esta etapa, los sueños vívidos ocurren mientras los músculos se relajan. Cuando esta fase se ve perturbada, pueden surgir experiencias oníricas negativas, disminuyendo la calidad del sueño y generando impactos en la salud mental y el bienestar general.
- El síndrome de piernas inquietas se manifiesta con sensaciones incómodas en las piernas, generando un deseo irresistible de moverlas, especialmente durante la noche. Esta condición puede dificultar conciliar el sueño, perturbando la calidad y la cantidad de descanso. La causa exacta es desconocida, pero factores genéticos y problemas neurológicos pueden contribuir a este síndrome.
- El trastorno del ritmo circadiano implica una desincronización entre el reloj biológico interno y el ciclo de sueño-vigilia, siendo frecuente en trabajadores por turnos. Esto puede causar dificultades para conciliar el sueño durante las horas convencionales y alteraciones en la calidad del descanso. La exposición a la luz artificial y la falta de regularidad en los horarios contribuyen a esta condición.
¿Cómo nos afecta a nuestra salud bucal?
- Rechinamiento de dientes (bruxismo): como bien saben los profesionales de Clínica Dental Gaudí, este es un hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes, que a menudo ocurre durante la noche. El bruxismo crónico puede causar desgaste del esmalte dental, sensibilidad dental, dolor en la mandíbula y problemas en las articulaciones temporomandibulares (ATM).
- Boca seca (xerostomía): algunos trastornos del sueño, como la apnea del sueño, pueden llevar a la respiración bucal en lugar de la nasal. La respiración bucal puede causar sequedad en la boca, lo que aumenta el riesgo de caries y problemas de las encías debido a la falta de saliva protectora.
- Infecciones bucales: la falta de sueño puede debilitar el sistema inmunológico, incrementando el riesgo de infecciones bucales como la gingivitis y la periodontitis. La respuesta inmunitaria comprometida dificulta la capacidad del cuerpo para combatir las bacterias orales, lo que puede llevar a problemas de salud bucal más graves si no se abordan adecuadamente.
- Mayor riesgo de caries: la mala calidad del sueño y los trastornos del sueño pueden perjudicar la higiene bucal, ya que las personas pueden descuidar sus rutinas de higiene bucal. Este descuido incrementa el riesgo de caries, ya que la falta de cepillado y uso de hilo dental facilita la acumulación de placa bacteriana. Debido a esto, mantener hábitos regulares de cuidado oral es fundamental para prevenir problemas dentales.