Cuando se acerca diciembre, el pánico se apodera de muchos de nosotros. Se cobra la paga extra, eso es un alivio, pero también llega ese periodo de tiempo caracterizado por el frío, las largas colas, los rollos y rollos de papel de regalo tirados en algún armario, las compras realizadas en secreto, los turrones, los árboles de Navidad, los belenes, las calles iluminadas con bombillas de colores, los mercadillos, las cartas a Papá a Noel y a los reyes magos, la ilusión de los más pequeños y los repetitivos ‘pórtate bien, que si no recibirás carbón’.