Teniendo en cuenta que la música es una de las maravillas de las que podemos disfrutar en este mundo, padecer sordera o tener algún problema de audición resulta verdaderamente frustrante. Más allá del placer que nos proporciona escuchar una melodía o una canción de nuestro gusto, tener problemas de audición es algo que nos hace mucho más difícil afrontar la vida diaria.
Cuando hablamos de problemas de audición, a todos nos viene a la cabeza la imagen de una abuela o abuelo. Sin embargo, y por desgracia, problemas de este tipo los sufren personas de todas las edades y condiciones. También los niños pequeños. Para detectar problemas de este tipo entre los más pequeños, siempre podéis estar atentos a los signos que evidencian que nuestros menores padecen problemas como de los que estamos hablando.
Mi mujer y yo hemos visto cómo nuestro hijo ha padecido problemas de sordera en los últimos meses. Él es un gran aficionado de la música, y de hecho con apenas dieciséis años ya sabe tocar la guitarra y está aprendiendo a hacer lo mismo con el bajo. Ni que decir tiene, por tanto, la importancia que tiene un sentido como el de la audición para él y lo mucho que le ha podido molestar el hecho de padecer problemas en ese sentido.
Nos enteramos de ello una mañana en la que nos despertó diciendo que había escuchado un pito fuerte e incesante en su oído izquierdo y que después de aquello la intensidad de todo lo que escuchaba era mucho menor. Preocupadísimos, decidimos pedir cita en el médico para que evaluara qué es lo que había pasado exactamente y que nos propusiera una solución rápida y eficaz.
El médico nos dijo que nuestro hijo necesitaría portar un audífono para recuperar su audición. Le preguntamos de qué manera nos podríamos hacer con el mejor audífono posible y fue cuando nos habló de www.gaesivsordera.es, la página web de una empresa que se dedicaba a tratar problemas como los que padecía nuestro hijo. Decidimos concertar una cita con los profesionales de dicha empresa y nos comentaron que los audífonos que podían facilitarnos tenían una eficacia probada y podríamos adquirirlos a un bajo precio.
Aunque si bien es cierto que el precio era un factor claramente secundario en comparación con la salud y la comodidad de nuestro hijo, nos convencieron para adquirir uno de aquellos audífonos. Mi hijo, a pesar de que no se encontraba demasiado bien nada más probarlo, terminó acostumbrándose a él y recuperando la audición que había perdido tiempo atrás. Y eso era fundamental para que recuperara su vida tal y como la había conocido hasta entonces.
Recuperando su gusto por la música
Al recuperar su plena audición, nuestro hijo volvió a recuperar ese afán por la música que había dejado a un lado pero al que seguía profesando una gran devoción. Volvió a tocar la guitarra, siguió aprendiendo a tocar el bajo y comenzó a realizar algo nuevo: la composición. Junto con un grupo de amigos, decidió formar una banda de rock y comenzar a tocar en los bares y garitos de la ciudad. Después de lo mal que lo había pasado, era hora de disfrutar de lo que más le gustaba y junto con todos aquellos que le habían brindado su apoyo en los momentos más complicados.
Verle tocar y ver cómo ha recuperado la sonrisa que desde muy pequeño le ha caracterizado no tiene precio. Desde luego, gracias al audífono ha conseguido recuperar toda su confianza y todas esas ganas de demostrarle al mundo de lo que es capaz. Su talento y gallardía vuelven a ser incuestionables y tanto su madre como yo estamos muy seguros de que se convertirá en un músico todavía más excepcional de lo que ya es y dentro de no mucho tiempo.