Los fines de semana veraniegos tienen algo que no pueden tener ninguno de los fines de semana del resto del año. En junio, julio y agosto se respira un aroma diferente los sábados y los domingos. Un aroma que nos permite disfrutar de la noche de un modo mucho más especial, más elegante. Un aroma propicio para disfrutar de actuaciones en vivo y en directo al mismo tiempo que degustamos un catering excepcional.
Estoy plenamente convencido de que en España no existe ni un solo municipio en el que durante los sábados y domingos (e incluso los viernes, si me apuráis) no se escuchen las notas de una actuación al aire libre. Y es que a los españoles nos encanta disfrutar de las noches de nuestro fin de semana al aire libre. Cantando, riendo y comiendo somos los más felices del universo.
Como regente de un hotel en un pequeño municipio de la Comunidad de Madrid, intento explotar al máximo cada fin de semana con el fin de convertirlo en una experiencia irrepetible para todos nuestros huéspedes. Siempre he creído que de este modo podía conseguir un beneficio muy importante y por ello he tratado de pensar de manera incansable en cómo conseguirlo.
No pasó demasiado tiempo hasta que vi en la música una aliada ideal para llevar a cabo mi plan. El hotel que poseíamos tenía un jardín posterior que resultaba propicio para albergar todo tipo de espectáculos y eventos. Eso me animaba a organizar cosas para así cautivar a mis clientes y llamar la atención sobre el resto de hoteles de mi zona, que no ofertan ningún espectáculo musical.
Quería aprovecharme de la gran idea que acababa de tener y hacer de los fines de semana nocturnos del hotel algo sin precedentes. De ahí que comenzara a valorar la posibilidad de incorporar a los conciertos de pequeñas orquestas un servicio de catering que completara mi oferta de cara a los viernes, sábados y domingos.
Fue por ello por lo que empecé a buscar las opiniones de varios conocidos expertos en protocolo y relaciones públicas. Ellos sabrían mejor que nadie en quién confiar a la hora de organizar un evento como este y la verdad es que no iban a equivocarse. Me recomendaron que le comentara mi propósito a los profesionales de una entidad como La Frolita, especialista en ofrecer los mejores servicios de catering de la Comunidad de Madrid. Aquel consejo iba a resultar ser de vital importancia para que mi hotel pronto se convirtiera en una auténtica referencia en toda la región.
Y no lo iba a ser por simple casualidad. Nada de eso. El servicio de catering que nos proponían desde La Frolita se ajustaba en calidad y precio a lo que deseábamos conseguir para el hotel. Comida de primerísimo nivel, acompañados de refrescantes, sabrosas y exóticas bebidas. Todo ello envuelto en música de todos los géneros habidos y por haber. ¿Existiría un lugar mejor en todo Madrid para disfrutar de una noche de fin de semana? Cada vez me quedaba más claro que eso era imposible.
La clientela, encantada
El primer fin de semana en el que organizamos un evento así nos encontrábamos nerviosos. Sabíamos que nuestra imagen estaba en juego y que por tanto no podíamos fallar. A algunos de los socios fundadores del hotel no les gustaba el hecho de tener que depender del servicio de otra empresa, No obstante, a medida que el evento fue desarrollándose perdieron el miedo y se terminaron mostrando muy seguros y confiados de que aquella decisión había sido, sin lugar a dudas, la mejor que se podía haber tomado.
Fue el año pasado cuando comenzamos a darle vida a este tipo de espectáculos y ya nos hemos convertido en uno de los hoteles con mejor reputación de toda la región. Los clientes se muestran encantados de disfrutar de un servicio diferente para los fines de semana, un servicio que además se les incluye en el precio de su estancia y gracias al cual no tienen la necesidad de salir a otros lugares o coger el coche. La música y el catering son, en definitiva, los dos pilares de nuestro éxito.