Los hongos son microorganismos que carecen de clorofila por lo que no pueden sintetizar sus propios nutrientes, lo que les obliga a vivir como parásitos de plantas o animales. En la naturaleza, el papel que desempeñan es importante por su función de descomponedor, reciclan la materia orgánica, regulan la liberación de nutrientes…, así como en medicina. La gran mayoría de las distintas especies que conforman los hongos son inofensivos para el ser humano, si bien algunos pueden llegar a causar infecciones. Una de las infecciones más frecuentes y contagiosa es la causada por “hongos dermatofitos” que produce onicomicosis o infección de las uñas, afectando con una mayor incidencia a personas de edad adulta o adolescentes y presentándose en un mayor porcentaje en las uñas de los pies más que en las de las manos, sobre todo en el dedo gordo del pie, pudiendo avanzar y contagiar a las otras uñas.
Generalmente las personas que padecen onicomicosis acuden a la consulta de su médico al notar cambios importantes en el aspecto de sus uñas. Los principales cambios o síntomas que presentan son:
- Cambio de color, que puede ir desde un aspecto blanquecino o amarillento al principio de la infección, hasta su oscurecimiento a un color amarronado a medida que la infección va avanzando.
- La uña se vuelve gruesa y se despega del lecho ungueal, con restos de descomposición o detritos debajo de la uña.
- Pueden llegar a presentar un olor desagradable.
- La uña presenta bordes irregulares, se vuelve frágil, se descama y se fragmenta. Esto, por suerte, tiene fácil solución y basta con acudir a Bellesa i ungles, donde podrás realizar un arreglo y reconstrucción de uñas nuevas mediante acrílico y/o acrigel. De esta forma conseguiremos que, con unos pies bien cuidados, estos nos aporten salud, comodidad y belleza.
Las infecciones producidas por hongos son difíciles de tratar y rebeldes dado que, aunque el tratamiento vaya bien es muy probable que el hongo pueda volver a reaparecer, lo que según las estadísticas ocurre entre un 40 y un 70% de los casos, por lo que es muy importante prevenir la aparición de la infección evitando las causas que pueden aumentar o favorecer el riesgo de contraerla. Así, entre las principales causas de riesgo se pueden destacar las siguientes:
- El calor y la humedad son un caldo de cultivo perfecto para la onicomicosis, por lo que es importante mantener los pies frescos y secos. Las piscinas, duchas o vestuarios son lugares especialmente complicados porque existe una gran posibilidad de contagio, por lo tanto, en estos lugares no se debe caminar descalzo, siendo imprescindible la utilización de chanclas o sandalias.
- Una sudoración excesiva provoca humedad en el pie y para evitarlo es conveniente la utilización de un calzado transpirable, de piel y el secado mediante polvos antifúngicos. Utilizar calcetines de un material transpirable como el algodón y cambiarlos, al menos, diariamente.
- El envejecimiento. Con el paso de los años la circulación sanguínea se reduce, el crecimiento de las uñas es más lento, por lo que aumenta el riesgo de contraer la infección.
- Compartir los utensilios para el corte de uñas.
- El corte de cutículas debe evitarse, ya que supone una puerta de entrada para los hongos.
Cualquier tipo de tratamiento para la onicomicosis debe ser prescrito por un especialista, ya que él será quien determine qué tratamiento se debe aplicar dependiendo del tipo de hongo y del grado de afectación de la uña, si bien los principales son dos:
- Tratamiento tópico. Cuando la infección está en sus inicios o es superficial, se recurre a un barniz o laca antifúngica para recubrir la uña.
– Tratamiento oral. Se utiliza en los casos más graves y/o cuando no ha funcionado el tratamiento anterior, también pueden combinarse ambos tratamientos.
Es muy importante realizar un seguimiento estricto de las recomendaciones del especialista, ya que su incumplimiento puede favorecer la resistencia del hongo al tratamiento, dando lugar a la principal causa de fracaso.
Pie de Atleta
Otra infección producida también por un hongo y que a veces se produce de forma conjunta o asociada con la onicomicosis, puesto que sus causas y factores de riesgo son comunes, es el pie de atleta. A diferencia de la anterior generalmente comienza con un gran picor entre los dedos de los pies, que puede llegar incluso a aumentar cuando el pie se libera del calzado. Debido a la tendencia que todos tenemos a rascarnos en estos casos, y a que esta es una infección muy contagiosa, puede llegar a transmitirse a la mano.